Medalla olímpica.

Cuando nuestro mundo personal fluye y cuando gira en falso?. Esta pregunta surge en medio de un vacío de rutina, cuando queda tiempo libre, cuando lo esperado no ocurre, cuando simplemente observamos que estos espacios que se producen a veces en forma inesperada, otras como un tiempo que hay que pasar, esconden un sonido que resuena cada vez más fuerte. Este ruido molesto e inquietante nos recuerda que estamos acá para ser creadores. También nos invita a estar molestos si no prestamos atención. Es necesario saber que esta sensación con su cadena de sentimientos a cuesta, va a pasar  pero que también volverá a aparecer cuando menos la esperemos y además este punto central del supuesto vacío será cada vez más pesado y difícil de ignorar.

Nuestra consciencia está atrapada en una mente acomodada a un rango de percepción pequeño. Y los saltos de consciencia suelen producirse por eventos excepcionales. Naturalmente somos lentos y hasta cómodos. Hoy podemos acompañar más eficientemente nuestra evolución espiritual. No crecemos demasiado cuando somos repetidores de esos patrones que no nos permiten crear una nueva realidad en nuestra vida. La llave del desarrollo personal no sólo está en la perseverancia sino también en escuchar qué tienen que decir esos ruidos, esos sueños que se repiten y esa sensación de estar girando dentro de una misma sinfonía y no poder descubrir otra.

Unknown

Dialogar con los dioses del alma nos lleva a aceptar y comprender nuestra propia divinidad. El tema es que a estos dioses los hemos “humanizado”, hemos achicado su poder  y por lo tanto el nuestro. Y estos personajes pueden estigmatizarnos o bien ser guías luminosos; sean quienes sean en nuestra vida no son nuestros, son fronteras cortas frente a la inmensidad cósmica. Aceptar que somos vehículos nos bendice con la misericordia.

Al sentir la oscuridad y no dejar que sólo se desvanezca, la oportunidad de saltar a un nuevo grado se hace posible. El permiso y valor para hacerlo depende en este caso de nosotros. Es un nuevo orden. Acá somos los creadores, nuestros dioses se alegran con nuestro poder. Hay que cruzar la rompiente con determinación, para eso estamos acá. Escribir, sentir sin temor y con la confianza de que algo bueno va a germinar, nos conecta con nuestra verdadera dignidad.

Demos espacio a vivir esos huecos “desordenados” como fuente de nuestro real progreso espiritual. Consciencia, coraje, acción y la medalla de valor para nuestra alma.

Comments

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *